Este mes de julio me embarqué en un reto apasionante: Julio sin Plástico. Durante todo el mes, mi objetivo fue reducir al máximo el uso de plásticos en mi día a día. Aquí os dejo un resumen de mi experiencia y algunos aprendizajes que pueden inspiraros a intentarlo también.
Mis Compras Semanales
Durante este mes, me propuse hacer mis compras semanales evitando el plástico. Armada con bolsas de tela, envases reutilizables y una gran dosis de motivación, visité tiendas a granel, fruterías y carnicerías locales. Aquí algunos productos que logré comprar sin plástico:
Huevos en cartón
Pan en bolsas de tela
Arroces y frambuesas en vidrio y cartón
Frutos secos, especias y tés a granel
Sin embargo, no todo fue perfecto. En algunas ocasiones, me encontré con productos que solo estaban disponibles en envases de plástico, como el tofu y algunos productos específicos para mi pareja, Rafa.
Retos y Excepciones
Aunque mi intención era reducir al máximo el uso de plástico, tuve algunas excepciones inevitables:
Cápsulas de café en el trabajo
Una botella de agua durante una salida
Productos de limpieza y cosmética
Estas excepciones me recordaron que vivir completamente sin plástico es un reto significativo, pero cada pequeño esfuerzo cuenta.
Ahorro de Tiempo y Dinero
Una de las preocupaciones comunes al intentar reducir el plástico es el costo adicional y el tiempo invertido. A lo largo del mes, descubrí que, aunque al principio gasté un poco más, los precios se equilibraron. En total, gasté unos 30 euros más de lo habitual durante la primera semana, principalmente debido a la compra de productos de limpieza a granel. Sin embargo, las semanas siguientes el gasto fue similar al de una compra normal.
En cuanto al tiempo, ir a tiendas a granel y preparar algunos productos en casa (como yogur y leche de avena) me llevó unos 20 minutos adicionales por semana. Pero la satisfacción de saber que estaba contribuyendo al medio ambiente hizo que valiera la pena.
Decisiones a Largo Plazo
Después de este mes, he decidido mantener algunos de estos hábitos:
Seguir comprando frutos secos, semillas y especias a granel
Hacer mi propio suavizante con ácido cítrico
Preparar yogur casero regularmente
Sin embargo, he optado por no continuar haciendo leche de avena casera debido a su sabor y consistencia.
Reflexiones Finales
Julio sin Plástico ha sido una experiencia enriquecedora que me ha reanimado a seguir buscando alternativas más sostenibles en mi vida diaria. Si bien es un reto que requiere esfuerzo y planificación, los beneficios para el medio ambiente y para nuestra salud son invaluables.
Os animo a todos a intentar un mes sin plásticos o incluso una semana. Ser conscientes de nuestro consumo de plástico y buscar alternativas es un paso importante hacia un futuro más sostenible. Si tenéis dudas o queréis compartir vuestras experiencias, dejad un comentario. ¡Nos vemos en la próxima entrada!
Leticia
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